
Un mundo de caramelo
Rut Leitón Jiménez
Centro educativo Kinderlandia
Alajuela, Costa Rica
¿Han escuchado esta expresión? ¡Claro! Incluso está en una canción popular, lo cual me hace pensar que hay muchas otras canciones -y la mayoría infantiles- que están relacionadas a una de las sustancias más adictivas del mundo, el azúcar. ¿Sabías que el azúcar puede ser más adictiva que la cocaína? Entonces ¿por qué la seguimos relacionando con la niñez? ¿aún no me crees? Te dejo algunas evidencias
Si eres de la época de mis padres recordarás la canción del Reino de Bon Bon, era de mis favoritas en mi infancia, esta canción estimulaba mi imaginación, realmente podía recrear el país de los bombones e imaginar al Rey Don Juan Bon bon, les dejo una estrofa pequeña de la canción:
“Hemos pasado el desierto del azúcar,
y las montañas de crema chantilly,
las cataratas de fresca anaranjada,
son la última parada que hay al llegar allí.”
Ahora qué me dicen del Tren de chocolate de Toppo Giggio que dice algo así:
“ahí viene el
tren de chocolate cargado con pastel de cacahuate,
ahí viene el tren de caramelo se puede
pasear con los abuelos.”

Una canción más reciente sería esta:
“Hazme un mundo de caramelo.
Llena el aire conalgodón.
Que los dulces caigan del cielo.
Las estrellas piñatas son.
De repente las alegrías.
Se me antojan de corazón.
Sí me como a besos la vida Chocolates los sueños son.”
Y si buscas en YouTube música infantil sobre dulces, estos tres ejemplos de canciones te
saldrán de una vez:
"Delicioso dulce, Es mi favorito Tan sabroso y dulce Lo mejor que puedo comer
Mi algodón de azúcar está tan azucarado...
Tiene un aspecto precioso y muy
vaporoso. Sí, lo intentaré. Sí, te comeré.
Baby Zoo
¡Un helado! ¡Qué rico helado! Quiero probarlo ¡me hace feliz! Es mi regalo favorito."
Y así podría seguir compartiendo letras de canciones que están ligando la felicidad con la comida, y específicamente con el azúcar, vean lo que dice “Lo mejor que puedo comer”, realmente el daño viene desde la infancia, como dice el Dr. Jaramillo estamos creando un ejército de niños adictos al azúcar que luego serán adultos enfermos.
¿Quién relacionó la infancia con la sustancia que más está afectando a nuestros niños hoy?
Creo que las campañas de marketing de la industria alimenticia que busca posicionar un
producto sin importar que tanto daño pueda hacer; estamos bombardeados contantemente
por campañas publicitarias donde nos quieren vender la felicidad en azúcar cuando en
realidad para sentirnos felices, llenos de energía y saludables la alimentación sana, es
fundamental.
Te invito a que pruebes y te darás cuenta que cuando comes vegetales, bajas
la ingesta de azúcar, haces ejercicio y tomas decisiones saludables para tu cuerpo, te
comienzas a sentir mejor física, mental y emocionalmente, con más energía y más lúcido
para disfrutar la vida.
Definitivamente es tierno imaginar un mundo de caramelo, lleno de algodones de azúcar
como en Villaquien donde vivía el Grinch, sin embargo, es sin duda peligroso seguir ligando la infancia con
los dulces; estamos desarrollando una adicción que cobrará una factura muy alta en la salud
de nuestros niños. Pero no solo a futuro, sino ahora mismo, niños con hiperactividad,
compulsividad, con niveles muy bajos de tolerancia a la frustración, déficit atencional y
agresividad es la nueva normalidad, ¿han pensado de dónde viene esto?
El Dr. Jaramillo explica como el efecto del consumo de azúcar tiene que ver con
enfermedades como diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, colesterol y
obesidad aún en los niños en edades tempranas. Pero no solo tiene estas afectaciones,
también vemos los daños a nivel del aprendizaje de los niños.
El doctor Michael Goran y la educadora en salud pública la doctora Emily Ventura, autores
del libro: Stop Azúcar explican que el consumo excesivo de azúcar afecta la memoria, el
aprendizaje y desarrollo del cerebro del niño.
Ellos expresan que:
“Cuando los niños consumen una dieta alta en azúcar son menos capaces de
recordar lo que aprenden y también menos capaces de concentrarse. Lo que puede
resultar en un peor rendimiento académico, además afecta las
tendencias adictivas, las preferencias gustativas, la regulación del apetito, la
capacidad para calmarse y el metabolismo."
Además, nos cuentan de un estudio que se realizó a niños de edad preescolar, se les dio
zumo de naranja endulzado con sacarosa (azúcar de mesa); cuarenta y cinco minutos más
tarde, les costaba quedarse quietos en clase, tenían un comportamiento más inadecuado y
más problemas para concentrarse.
¿Sabes cómo es tu hijo sin azúcar? Puede que ya normalices las conductas, tal vez te
hayas fijado que están de peor humor o menos dispuestos a colaborar cuando consumen
azúcar. Aún los niños diagnosticados con TDAH (trastorno de déficit de atención e
hiperactividad) se ven muy beneficiados cuando su alimentación está libre de azúcares
añadidos y cuando se incorpora a su dieta vegetales, grasas saludables y proteínas. Existen
muchos estudios que lo comprueban.
Quisiera también añadir otra problemática en la salud infantil, la investigadora Jessie
Inchauspe autora del libro La Revolución de la Glucosa explica que los niños que nacen
hoy en día tienen un 50% de posibilidades de desarrollar un cáncer a lo largo de su vida.
Y la mala alimentación, es la principal causante de un 50 % de los cánceres.
Cada uno de estos doctores y científicos expertos nos muestran con estudios ya
comprobados los daños nocivos al cerebro y demás órganos de nuestros pequeños. Pero
creo que inconscientemente pensamos que estas cosas de las que hablan no nos pasarán
a nosotros, hasta que un día la enfermedad toca a nuestra puerta y nos damos cuenta que
es el resultado de las malas decisiones día tras día en la alimentación de los niños.
Por eso nosotros (los adultos padres y maestros) somos los responsables de proteger esta
generación, de las decisiones que tomemos hoy depende la calidad de vida que ellos
tengan ahora y en su adultez. Los pequeños necesitan que los protejan y a los niños
mayores educarlos correctamente para que ellos tomen decisiones acertadas que cuiden
su salud y su cuerpo.
Rompamos con esas costumbres que nos han vendido, con ese mundo de caramelo que
sigue dañando lo más preciado que tenemos: nuestros niños, el mayor tesoro confiado en
nuestras manos. Construyamos un mundo lleno de salud, de posibilidades, donde ellos
puedan desarrollar su máximo potencial siendo los niños extraordinarios que son.
“Olvidamos que cada comida es una elección y que con cada elección que hacemos
estamos decidiendo qué tipo de información le daremos a nuestro organismo. Con cada
bocado estamos eligiendo la sanación o la enfermedad. No hay punto medio. Cada
comida es decisiva."
Dr. Carlos Jaramillo